Trabajar con ansiedad: la epidemia invisible que arrastra la clase obrera

Seguridad y Salud
viernes, 25 de abril de 2025

Cada vez más personas van al trabajo con el corazón encogido y la cabeza al límite, pero nadie habla de ello… hasta que estallan

Hay quienes se despiertan con el estómago en un puño. Que se levantan de la cama tras dormir tres horas mal contadas. Que se visten rápido, sin mirar el espejo, con una opresión en el pecho que ya forma parte de la rutina.
Y aun así fichan. Cumplen. Se callan.

Porque en este sistema, si estás roto por dentro pero produces por fuera, todo va bien.


La ansiedad no se ve… y por eso se ignora


Ir al trabajo con ansiedad no es un meme, ni una moda, ni un invento de “gente blanda”.
Es una realidad que afecta a miles de trabajadores y trabajadoras en este país.
Personas que curran con miedo, que sienten que no dan la talla, que aguantan presiones absurdas, jefes maltratadores o simplemente cargas imposibles.

Pero nadie lo reconoce. Porque si lo cuentas, te arriesgas a que te llamen “inestable”, que te caigan menos horas, que te dejen fuera de la promoción, o peor: fuera del curro.

Así que muchos aguantan. Tragan. Toman pastillas a escondidas. Se rompen por dentro mientras sonríen por fuera.


El trabajo está matando la salud mental… y no es exageración


En muchos sectores, trabajar ya no es sinónimo de dignidad, sino de sufrimiento.

  • Turnos rotativos que te destrozan el sueño.
  • Sueldos que no llegan a mitad de mes.
  • Ambientes laborales tóxicos donde la presión se normaliza.
  • Clientes que te gritan. Compañeros que compiten. Coordinadores que ignoran.

¿De qué salud mental hablamos si el sistema se alimenta de exprimirte hasta dejarte vacío?

Y mientras tanto, las bajas por ansiedad se disparan. Pero las mutuas te presionan para reincorporarte cuanto antes. Porque “no es una enfermedad física”, ¿no?
Porque si no se ve en una radiografía, parece que no existe.


No es debilidad. es el cuerpo diciendo “basta”

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