Huelga indefinida en la limpieza del Aeropuerto de Barajas: las limpiadoras lo han dicho claro
Explotación invisible en la T4: sin refuerzos, sin medios, y con miles de pasajeros ajenos a una realidad que aplasta la dignidad de unas trabajadoras que ya no pueden más
El 9 de abril, las trabajadoras del servicio de limpieza del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se plantan. Y no por capricho.
Lo hacen porque están agotadas, ignoradas y empujadas al límite.
Desde hace meses, la falta de personal es una constante, mientras el volumen de pasajeros no para de crecer.
Turnos interminables, presión inhumana, estrés físico y mental.
Todo eso para que los baños estén relucientes, los suelos impecables y el mayor aeropuerto del país luzca como quiere AENA… mientras ellas se dejan la salud.
Ni reforzadas ni escuchadas
Las empresas adjudicatarias hacen caja, pero se niegan a aumentar la plantilla.
Y la administración, como siempre, mira para otro lado.
El resultado: plantillas bajo mínimos en una infraestructura que mueve 60 millones de pasajeros al año.
Una bomba a punto de estallar, y que estallará el 9 de abril con una huelga indefinida.
Condiciones laborales indignas en uno de los aeropuertos más importantes de Europa.
“No son robots, son personas”
Las trabajadoras llevan tiempo denunciando que no se puede mantener limpio un aeropuerto de esa magnitud sin personal suficiente.
Les faltan manos, materiales y respeto. Y aún así, cada día cumplen. Hasta ahora.
En la mayoría de los casos, el servicio de limpieza es el gran olvidado en las grandes infraestructuras.
Pocas veces se tiene en cuenta su papel fundamental, a pesar de que detrás de cada suelo reluciente hay profesionales que garantizan salud, seguridad y dignidad.
Solo cuando surgen injusticias como esta, su trabajo sale a la luz.
Pero la realidad es que siempre han estado ahí, cumpliendo, incluso sin medios ni reconocimiento.
Alerta-Trabajo alza la voz por ellas
No hablamos de lujo. Hablamos de derechos laborales. De salud mental. De respeto.
Desde Alerta-Trabajo denunciamos este modelo de gestión que exprime a las trabajadoras subcontratadas para mantener la fachada impecable… mientras dentro todo se tambalea.
Conclusión: si la limpieza para, el aeropuerto se detiene
Esto no es solo una huelga. Es una declaración de dignidad.
El 9 de abril, cuando los suelos no brillen y los baños estén cerrados, que nadie mire a otro lado.
Mirad al fondo. Allí están ellas. Y han dicho basta.