Desigualdad salarial y precariedad laboral en el deporte femenino en España: una brecha inaceptable

A pesar de los avances en la profesionalización del deporte femenino en España, las diferencias económicas y contractuales entre hombres y mujeres siguen siendo abismales. La situación de las futbolistas y baloncestistas es un reflejo de la desigualdad persistente en el ámbito deportivo, donde los ingresos, contratos y derechos laborales de las mujeres están muy por debajo de los de sus compañeros varones.
Fútbol femenino: contratos a tiempo parcial y brecha del 774%
El fútbol femenino en España ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, con un aumento de la audiencia y la inversión en clubes de la Liga F. Sin embargo, la precariedad laboral sigue siendo la norma para la mayoría de las jugadoras.
Según un informe reciente, el 80% de las futbolistas de la Liga F tiene contratos a tiempo parcial, lo que limita su estabilidad económica y profesional. Además, la brecha salarial con sus homólogos masculinos es descomunal: un 774% de diferencia en los sueldos anuales entre jugadores y jugadoras de Primera División. Mientras que en el fútbol masculino los contratos garantizan estabilidad financiera y beneficios complementarios, muchas futbolistas deben compaginar su carrera con otros trabajos para poder subsistir.
La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ha denunciado esta situación y exige mejoras salariales, mayor seguridad contractual y la equiparación de derechos con el fútbol masculino. Sin embargo, las negociaciones con los clubes y la patronal avanzan lentamente, lo que deja a muchas jugadoras en una situación de incertidumbre.
Baloncesto femenino: avances en salario mínimo, pero desigualdades persistentes
El baloncesto femenino en España también enfrenta retos similares. En la Liga Femenina Endesa, la federación ha establecido un salario mínimo para las jugadoras, un avance importante que busca mejorar las condiciones laborales. No obstante, la realidad sigue siendo dura para muchas deportistas, que deben aceptar contratos de corta duración y carecen de la estabilidad económica que sí tienen los jugadores de la ACB.
Las diferencias en patrocinio, visibilidad mediática y acceso a recursos siguen siendo un problema estructural en el baloncesto femenino. Aunque la audiencia ha crecido, los ingresos por derechos televisivos y patrocinios aún son insuficientes para garantizar contratos equitativos en comparación con el baloncesto masculino.
El problema de la maternidad en el deporte femenino
Otro factor que agrava la precariedad laboral en el deporte femenino es la falta de protección para las jugadoras que deciden ser madres. En muchos casos, los contratos no incluyen cláusulas de protección por embarazo, y algunas jugadoras han sido despedidas o han perdido oportunidades profesionales al quedar embarazadas. Esta discriminación pone de manifiesto la necesidad de incluir medidas que garanticen la continuidad de sus carreras sin penalización por su vida personal.
¿Hacia dónde va el deporte femenino en España?
Si bien el crecimiento del fútbol y el baloncesto femeninos es innegable, la brecha salarial y la precariedad laboral siguen siendo obstáculos importantes. Es necesario un compromiso firme por parte de las instituciones deportivas, los patrocinadores y el Gobierno para garantizar que las deportistas reciban condiciones laborales justas.
Medidas como la equiparación de salarios, la mejora de los contratos y una mayor inversión en el deporte femenino son clave para acabar con estas desigualdades. Hasta que eso ocurra, las jugadoras seguirán luchando dentro y fuera del campo por el reconocimiento y la justicia laboral que merecen.