Guardian despide a 171 trabajadores en Álava: un acuerdo cerrado con sabor a derrota

Tras semanas de tensión, la plantilla acepta las condiciones del ERE. Pero nadie aplaude. ¿Quién puede celebrar perder su empleo, aunque lo indemnicen?
En la planta de Guardian en Llodio (Álava), el ruido de los hornos se apaga poco a poco.
No por una avería, sino por algo más silencioso y devastador: un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que extingue 171 puestos de trabajo.
Y aunque hay acuerdo, lo que queda en el ambiente es tristeza, resignación y un regusto amargo.
45 días por año, hasta 34 meses... ¿y luego qué?
La dirección de Guardian ha logrado el “sí” de la mayoría de los trabajadores, que han aceptado las condiciones del despido:
una indemnización de 45 días por año trabajado con un tope de 34 mensualidades.
Condiciones que, sobre el papel, suenan razonables.
Pero que en la práctica no llenan el vacío de una vida profesional truncada.
No hay victoria cuando se pierde el empleo
Este ERE se presenta como una solución negociada.
Pero para las 171 personas que se van, lo que hay es una pregunta sin respuesta: ¿qué viene después?
Después de años dejando la piel en turnos de calor, esfuerzo y precisión, llega una carta de despido, un cálculo y un apretón de manos.
La industria que se desangra en silencio
Guardian no es una excepción.
Es otro eslabón más de una cadena industrial que se oxida mientras nadie hace nada.
Un modelo productivo que desvincula beneficios de estabilidad, y donde el despido se normaliza como vía de ajuste.