300 falsos autónomos en reparto: la Inspección pone orden en Sevilla

No eran autónomos por elección, eran asalariados disfrazados: ahora la ley les da la razón
La trampa que muchos sufren en silencio ha quedado al descubierto. La Inspección de Trabajo ha destapado una red de 300 falsos autónomos en empresas de paquetería en Sevilla. Durante años, estos trabajadores repartían bajo condiciones de dependencia total, sin derechos laborales, sin vacaciones, y cargando con los costes que la empresa no quería asumir.
Ahora, la Administración ha dejado claro que no eran autónomos: eran empleados explotados.
¿Por qué ahora y no antes?
El modelo de falsos autónomos no es nuevo. Lleva años extendiéndose en sectores como el transporte, la mensajería o la limpieza. Pero la presión sindical, las denuncias colectivas y la movilización social están empezando a dar frutos. Esta actuación de la Inspección en Sevilla es una señal: quienes vulneren la ley tendrán consecuencias.
Las empresas tendrán que responder… y pagar
El acta de la Inspección obliga a las empresas implicadas a:
- Dar de alta como asalariados a los 300 repartidores afectados.
- Abonar las cotizaciones atrasadas a la Seguridad Social.
- Enfrentarse a fuertes sanciones por fraude laboral.
Además, los trabajadores podrían reclamar judicialmente salarios, vacaciones y derechos que no se les respetaron.
Esto no va de contratos: va de vidas y dignidad
Muchos de estos trabajadores estaban sometidos a jornadas abusivas, sin descansos, y con la amenaza constante de ser “prescindibles” si no aceptaban las condiciones. Todo eso con su propio coche, su gasolina, y sin derecho a nada.
Ahora, la ley dice lo que muchos sabían: eran trabajadores, no socios ni empresarios.
¿Qué puedes hacer si sospechas que eres un falso autónomo?
- Revisa si trabajas con horarios, órdenes y medios impuestos por una empresa.
- Si dependes económicamente de un solo cliente y no puedes rechazar encargos, podrías ser un falso autónomo.
- Contacta con un sindicato o profesional laboralista.
- Guarda pruebas: mensajes, facturas, instrucciones, geolocalización, etc.
Este caso no es aislado: es un modelo podrido que hay que desmontar
El fraude del falso autónomo se ha convertido en una forma encubierta de precariedad. Y cada vez que una inspección como esta sale a la luz, se rompe el silencio que muchas empresas imponen con miedo y necesidad.