Agricultores arrasados por la DANA: del campo a la expropiación forzosa

sábado, 12 de julio de 2025

Tras la DANA de Valencia, las tierras de cultivo acaban en manos privadas mientras sus dueños son olvidados


A los agricultores arrasados por la DANA nadie les ha ayudado. Solo les quieren quitar lo poco que les queda.

La DANA que golpeó la Comunidad Valenciana dejó una estampa devastadora: campos bajo el agua, sistemas de riego reventados y familias sin posibilidad de volver a sembrar. Pero lo peor llegó después. En vez de ayudarles a reconstruir, están tramitando la expropiación de sus tierras.

Donde antes había huertas familiares, ahora aparecen nombres de empresas energéticas que proyectan plantas solares a gran escala. Algunas de ellas, con conexiones evidentes con altos cargos y partidos políticos. Lo llaman transición ecológica, pero lo están haciendo con despojo, con desarraigo y a espaldas de quienes vivieron de la tierra toda su vida.

No se les ayuda a levantar cabeza. Se les quiere fuera.

Muchos de esos terrenos anegados ya no sirven: reconstruir los sistemas de riego cuesta miles de euros, la tierra está contaminada o endurecida, y nadie da una solución real. ¿El siguiente paso? Cartas con propuestas de venta a precios de saldo. Y si no aceptas, te expropian por “utilidad pública”. ¿Útil para quién?

El BOE y los diarios oficiales de varias comunidades lo dejan claro: expropiaciones en marcha, declaraciones de utilidad pública y cambios en la normativa para facilitar megaproyectos energéticos en suelos agrícolas. El mapa del campo valenciano se está reconfigurando sin preguntar a quienes lo han trabajado durante generaciones.

Preguntas que muchos se hacen… y respuestas que duelen

¿No eran tierras privadas? ¿No tienen escrituras?
Sí. Son privadas, y los propietarios tienen escrituras en regla. Pero la ley permite que si una empresa consigue declarar “de utilidad pública” su proyecto (y lo consiguen fácilmente), se inicie una expropiación forzosa legal.

¿Por qué no les dan la opción de alquilar las tierras?
Porque alquilar implicaría negociar. Y eso retrasa, encarece y da poder al pequeño propietario. La expropiación es más rápida, más barata y les da el control total. No tienen que rendir cuentas ni compartir beneficios.

¿No se hacía antes con alquiler? ¿Qué pasó con los molinos de viento?
Antes, en muchos parques eólicos, sí se firmaban alquileres y hasta se ofrecía energía gratis. Pero ahora los proyectos son más grandes, más ambiciosos y tienen todo el respaldo político. Por eso se lo quitan, no lo negocian.

¿Qué opciones reales tienen estas familias?
Ninguna. Si no aceptan vender a precio de saldo, se enfrentan a un proceso judicial largo y desigual. No tienen apoyo, ni asesoramiento, ni alternativas. Ni siquiera tienen un plan de empleo posterior.

¿Y quién gana con todo esto?
Las grandes empresas energéticas. Algunas con vínculos directos con partidos políticos. Se quedan con terrenos arrasados por la DANA, sin pagar su valor real, para montar un negocio multimillonario en nombre de la sostenibilidad.

¿Y qué pasa con quienes lo pierden todo? ¿Les van a dar trabajo? ¿Alternativas? ¿Una renta por lo que era suyo?
Nada.

Imagina a una mujer o a un hombre de 50 años, con toda una vida en la huerta, que ve cómo su única fuente de sustento desaparece. ¿Quién contrata ahora a alguien que lleva décadas viviendo del campo? ¿Por qué no se les da al menos la opción de alquilar esas tierras a las empresas energéticas en lugar de quitárselas por la fuerza?

¿No sería más justo que esas familias siguieran siendo propietarias y vivieran del alquiler de sus terrenos, como sucede en otros países? Pero claro, eso no interesa. Porque aquí la riqueza sigue subiendo para unos pocos mientras el pueblo se queda sin pan ni tierra.

Esto no es sostenibilidad. Es despojo.

La transición energética no puede hacerse pisoteando a quienes han cuidado y trabajado el campo. No puede construirse sobre la ruina de los pequeños agricultores, mientras los grandes de siempre se reparten el negocio de las renovables con la bendición institucional.

Desde AlertaTrabajo.com exigimos transparencia, justicia y alternativas reales para las familias expropiadas. Que no se use el desastre para robar futuro. Que no se llene el BOE de beneficios privados sobre ruinas humanas.

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