Amazon pacta 920 salidas en España: la letra pequeña… y el aviso que deja la IA sobre el empleo

No es solo “otro ERE”. Es una señal: automatización, deslocalización y un mercado laboral que va a exigir nuevas habilidades más rápido de lo que España está formando.

Si tu empresa te dice que “sobras” por cambios organizativos o tecnológicos, no es una excusa mágica: debe justificarlo y negociar medidas (recolocación, formación, condiciones). Y ojo: cuando una compañía habla de automatizar procesos o mover servicios fuera, lo que está pasando es que el trabajo no desaparece… cambia de manos, de país o de perfil profesional.

Amazon ha cerrado un acuerdo para una reducción de plantilla en España que, sumando dos procesos, rondaría las 920 salidas, con impacto principal en Barcelona y Madrid. La parte visible son las condiciones pactadas (indemnización, medidas de acompañamiento y plazos). La parte que casi nadie mira —y que debería preocuparnos más— es la causa de fondo: la reorganización del trabajo en grandes tecnológicas, donde la automatización y la inteligencia artificial están acelerando la sustitución de tareas humanas, especialmente en oficinas, soporte y procesos internos. Y esto no se queda en Amazon: es un patrón que puede extenderse a otros sectores en los próximos años.

Lo importante no es solo cuántos salen: es por qué

Cuando una empresa tecnológica reduce plantilla, suele venderlo como “reorganización”. Pero detrás de esa palabra hay tres motores muy concretos:

• Automatización de tareas repetitivas (procesos internos, soporte, análisis, reporting) con herramientas de IA y software que hace en minutos lo que antes requería equipos enteros.
  
• Deslocalización de servicios (mover funciones a otros países o a centros con menor coste laboral).
  
• Simplificación de estructuras: menos capas, menos coordinación humana, más control por herramientas digitales.
  
  

Dicho de forma directa: a muchas empresas les está saliendo más rentable “cambiar personas por sistemas” que formar a esas personas para trabajar con esos sistemas.

“La IA debería quitar carga, no quitar sueldos”. Ese es el debate real que se está abriendo en silencio en el empleo tecnológico.

La letra pequeña que conviene entender (aunque haya sindicato negociando)

En un despido colectivo (ERE), la empresa está obligada a un periodo de consultas y a negociar medidas para evitar o reducir despidos y para suavizar el golpe (recolocación, formación, etc.). No es un favor: está en la norma.

La IA ya está cambiando cómo se despide

Hoy el riesgo no es solo que la IA haga tareas. El riesgo es que la IA se use para “decidir” quién sobra (por rendimiento, métricas, perfiles, disponibilidad, etc.). Y aquí hay una idea clave: aunque la tecnología ayude, las decisiones laborales deben tener control humano y garantías.

En Europa ya se está moviendo el tablero regulatorio: el Reglamento de Inteligencia Artificial (AI Act) prohíbe prácticas especialmente intrusivas (por ejemplo, la “reconstrucción emocional” en el trabajo) y endurece obligaciones cuando la IA afecta a derechos fundamentales. No es la solución total, pero es una señal: la UE ya entiende que la IA en el empleo puede convertirse en un abuso si no se controla.

Impacto directo en el trabajador

Esto te afecta aunque no trabajes en una tecnológica: si tu empresa automatiza procesos, puede intentar recortar plantilla en administración, soporte, atención, logística, análisis o mandos intermedios. Y si no te formas, el mercado te empuja a competir con herramientas que otros sí saben usar.

Qué debería hacer España (y qué puedes hacer tú desde ya)

Aquí no vale con asustarse: hay que moverse. Dos niveles.

• Nivel país: formación masiva y práctica en IA y competencias digitales, como se hizo con la alfabetización informática, pero sin llegar tarde.
  
• Nivel trabajador: entender tu puesto en “tareas”, no en “título”. Si tus tareas son repetibles, aprende a dirigir herramientas (IA) y a hacer lo que la IA no hace bien: criterio, negociación, relación humana, supervisión, calidad, contexto.
  
  

Llamada a la acción

Si estás en una empresa donde se habla de “automatización”, “eficiencia” o “reorganización”, no esperes a que llegue la carta: pregunta, pide información por escrito y exige formación real. Y si ya estás dentro de un proceso colectivo, únete a la plantilla: el silencio es el mejor aliado del recorte.

FAQ

¿Pueden despedirme “porque la IA hace mi trabajo”?
Pueden alegar causas técnicas u organizativas, pero no basta con decir “IA”: tienen que justificar el cambio, negociar y respetar el procedimiento. Si se vulneran criterios, transparencia o derechos, se puede impugnar.

¿Un ERE obliga a ofrecer formación o recolocación?
El marco del despido colectivo contempla negociar medidas para evitar o reducir despidos y para atenuar consecuencias, incluyendo formación o reciclaje profesional como medida social de acompañamiento.

¿La empresa puede elegir a dedo quién sale?
No debería. Deben existir criterios objetivos y trazables. Si hay arbitrariedad, discriminación o represalias, es una vía típica de impugnación.

¿Y si usan métricas o sistemas automáticos para decidir?
Las decisiones con impacto laboral deben tener garantías y control humano. Si no entiendes cómo te evalúan, pide explicación y que quede por escrito: la opacidad es un problema serio en entornos con “gestión algorítmica”.

¿Qué hago si mi trabajo es “automatizable”?
No te centres en el miedo: céntrate en el salto. Aprende a usar herramientas, mejora tu perfil hacia tareas de supervisión, coordinación, calidad, atención especializada o gestión. La IA desplaza tareas, pero también crea necesidades nuevas… para quien llega a tiempo.

Enlaces oficiales externos

Estatuto de los Trabajadores (texto consolidado) — base del despido colectivo
Reglamento del procedimiento de despido colectivo (RD 1483/2012, BOE)
AI Act (UE): entrada en vigor y enfoque de riesgos — Comisión Europea