Bridgestone plantea 546 despidos: cuando la rentabilidad se traga al trabajador

Dos plantas industriales, cientos de familias en vilo y una decisión que huele a cálculo frío: los despidos en Bridgestone vuelven a poner el foco en la precariedad disfrazada de eficiencia.
La dirección de Bridgestone España ha lanzado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 546 trabajadores de sus centros en Basauri (Bizkaia) y Puente San Miguel (Cantabria).
Una noticia que ha caído como una bomba sobre las familias trabajadoras, que llevan años sosteniendo el músculo productivo de una de las mayores multinacionales del neumático.
¿Justificación? Reorganización. Realidad: recortes y más precariedad.
La empresa habla de “ajustes estratégicos”, pero los sindicatos lo tienen claro: no hay causa objetiva que justifique este golpe.
La actividad en las plantas sigue, y las cifras no son precisamente de crisis.
Lo que hay, según los representantes sindicales, es una voluntad de abaratar costes a costa del empleo estable.
Movilización inmediata: huelga al horizonte
Ante esta decisión, los sindicatos ya han anunciado paros y movilizaciones, con el respaldo de las plantillas.
En Cantabria y Euskadi, los trabajadores se preparan para plantarse con firmeza.
Los sindicatos denuncian que detrás de cada despido no hay un número, sino personas, trayectorias laborales y familias enteras que dependen de ese empleo.
¿Cuántos más tendrán que caer?
Bridgestone se suma a la lista de grandes empresas que, pese a beneficios millonarios y proyección internacional, optan por el despido como primera opción de reestructuración.
Una tendencia peligrosa que normaliza el recorte, banaliza el despido colectivo y convierte en mercancía a quienes sostienen con su esfuerzo la industria.
Desde Alerta-Trabajo lo decimos claro: esto no es eficiencia. Esto es deshumanización industrial.