Educadores de es Pinaret alzan la voz: “No vamos a trabajar para que nos maltraten

Exigen mejoras salariales y condiciones dignas en el centro de menores mientras denuncian agresiones, precariedad y abandono institucional
Basta de aguantar lo inaguantable
Unos 200 trabajadores y trabajadoras del sector social, entre ellos profesionales del centro de menores de es Pinaret (Mallorca), se han concentrado frente al Parlament balear.
Su mensaje ha sido claro: “No vamos a trabajar para que nos maten”.
Concentración tras concentración, reclaman lo que debería ser básico: condiciones dignas para cuidar a los demás sin poner en peligro su propia salud física ni mental.
El día a día de los educadores: agresiones y precariedad
Los educadores de es Pinaret —un centro que acoge a menores con medidas judiciales— sufren agresiones, sobrecarga y salarios que no compensan el riesgo ni la responsabilidad.
Lo dicen alto y claro: la administración exige profesionalidad, pero no responde con seguridad ni retribución justa.
Y no están solos: junto a ellos, trabajadores de residencias de mayores, atención a la dependencia y servicios sociales también se han sumado al grito de dignidad.
Exigen al Parlament que escuche de una vez
La protesta ha llegado a las puertas del Parlament porque el Govern balear sigue sin mover ficha.
Ni mejoras salariales, ni refuerzos de personal, ni compromisos serios.
Los sindicatos y profesionales denuncian que se les abandona mientras se exige que sigan manteniendo los servicios sociales en pie, incluso bajo amenaza o agresión.
Una situación insostenible
Este conflicto no es nuevo.
Desde hace meses, la plantilla de es Pinaret ha denunciado la falta de recursos, la inseguridad laboral y la dejadez institucional.
Muchos educadores aseguran que han pedido traslados, bajas o abandonado la profesión porque “esto no es vida”.
Reflexión crítica
No se puede hablar de derechos de la infancia o de atención social mientras se deja tirado al personal que sostiene esos servicios.
Si no se protege a quienes cuidan, educan y atienden, ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?
No basta con discursos institucionales: hace falta inversión, protección y respeto.
“La dignidad no se negocia. O se garantiza el trabajo decente, o habrá más vacíos donde debería haber derechos.”