El deporte de la pala, al borde de la huelga: palistas denuncian precariedad y despidos

sábado, 15 de marzo de 2025

¡Basta ya! Los jugadores profesionales del deporte de la pala han dicho hasta aquí hemos llegado.

La empresa Innpala, responsable de la organización de competiciones en el frontón Bizkaia, está empujando a los pelotaris a una situación insostenible: despidos injustificados, contratos sin garantías y una total falta de respeto hacia los trabajadores del sector.

Si la empresa no rectifica, el próximo 21 de marzo los jugadores dejarán las canchas y se irán a la huelga.

Un negocio millonario construido sobre precariedad


El mundo de la pala mueve dinero, patrocinios y derechos de retransmisión.
¿Dónde está ese dinero? Desde luego, no en los bolsillos de los palistas.

Mientras algunos ejecutivos siguen haciendo caja, los jugadores que dan vida a este deporte luchan por condiciones laborales dignas.

Los principales problemas que han llevado a la huelga son:

  • Despidos arbitrarios, como el de Ibai Pérez, sin justificación clara.
  • Negativa de Innpala a garantizar contratos hasta la nueva licitación, dejando a los jugadores en la incertidumbre.
  • Prohibición de acceso a recursos básicos para el entrenamiento, afectando directamente su rendimiento.
  • Condiciones económicas lamentables, donde los jugadores se ven obligados a costearse parte del material de trabajo.

El sindicato ELA ha intentado negociar y buscar soluciones, pero la empresa no ha mostrado voluntad de diálogo.

Ahora, los pelotaris han decidido tomar las riendas de su futuro con la única herramienta que les queda: parar el espectáculo hasta que se les escuche.

¿Deporte profesional o esclavitud moderna?


Lo que está ocurriendo con los pelotaris es un reflejo de lo que pasa en muchos deportes menos mediáticos.

Los jugadores son la base del espectáculo, pero siguen siendo los más explotados.

Mientras en otros países los deportistas cuentan con convenios laborales sólidos, en España siguen dependiendo de la buena voluntad de empresas que solo ven números en sus balances.

El hecho de que Innpala se niegue a participar en la próxima licitación del frontón Bizkaia y pretenda que los propios pelotaris asuman la gestión es la prueba definitiva de que no les consideran trabajadores, sino piezas desechables.

Conclusión: si no hay derechos, no hay espectáculo


Los pelotaris han dejado claro que no van a seguir aceptando condiciones indignas.

Si la huelga se materializa, será un golpe directo al negocio de Innpala y a la imagen del deporte de la pala en España.

Pero la pelota está en el tejado de la empresa: pueden dignificar el deporte y reconocer a sus jugadores como lo que son, o dejar que el conflicto explote ante los ojos del público.

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