El Gobierno endurece los castigos a funcionarios por faltas leves

Podrán perder hasta un mes de sueldo por un retraso o una ausencia injustificada
Una reforma que mete miedo en lugar de mejorar el servicio público
El Gobierno ha propuesto una reforma del Estatuto Básico del Empleado Público que ha encendido las alarmas: los funcionarios podrán ser suspendidos de empleo y sueldo hasta 30 días por faltas leves como impuntualidad o ausencia injustificada. Hasta ahora, esa sanción tenía un máximo de 15 días.
La medida, que forma parte del nuevo reglamento disciplinario de la Administración General del Estado, no viene acompañada de mejoras en recursos, condiciones o conciliación. Simplemente castiga más.
¿Qué se considera “falta leve”?
- Llegar tarde al puesto de trabajo.
- No comunicar con antelación una ausencia.
- Un mal gesto con un superior.
Todo esto, que hasta ahora podía suponer un apercibimiento o una pérdida de salario menor, podría ahora implicar perder un mes entero de sueldo, lo que en la práctica es una condena económica.
¿Castigo ejemplar o recorte encubierto?
Desde los sindicatos ya han advertido que esta reforma puede abrir la puerta al abuso por parte de jefes autoritarios, o al uso político del castigo contra trabajadores incómodos.
“Más que un régimen disciplinario, parece un régimen de miedo”, señalan desde CSIF.
“El castigo no puede sustituir a la gestión, ni el miedo puede mejorar un servicio público”.
¿Y tú? ¿Estás preparado para que te descuenten un mes de sueldo por un retraso?
El nuevo texto aún debe pasar trámites parlamentarios, pero deja clara la dirección: menos derechos y más mano dura contra los trabajadores públicos.
Una medida que no mejora la atención al ciudadano, pero sí endurece el control sobre quienes sostienen lo público cada día.
Reflexión final
¿A quién beneficia una reforma así? ¿A los ciudadanos, que seguirán esperando con colas interminables en las ventanillas? ¿O a quienes prefieren empleados sumisos y callados?
En lugar de reforzar el servicio público, el Gobierno elige la vía del castigo como única respuesta a los problemas de la Administración.