El Supremo blinda que el SMI se complete con pluses y no sea salario base obligatorio

Confirma que basta con superar el mínimo anual legal, frenando el intento del Gobierno
¿Qué acaba de decidir el Tribunal Supremo?
En una sentencia del 5 de junio, el Alto Tribunal rechaza el recurso del Ministerio de Trabajo y avala el convenio de la industria textil y confección: el salario base puede quedar por debajo del SMI si la suma anual de complementos, pagas y pluses supera el mínimo legal (15 120 € para 2023, 16 576 € para 2025).
Esto no es un tecnicismo: va de poder negociar
El Gobierno pretendía que el SMI (1 184 €/mes en 2025) se convirtiera en salario base obligatorio para todos los convenios.
El Supremo reitera su doctrina (ya fijada en 2022):
- La garantía del SMI es global y anual.
- Los pluses –incluso los condicionados a asistencia o productividad– pueden compensar la diferencia.
- Obligar a subir el salario base “modificaría la naturaleza del SMI” y limitaría la negociación colectiva.
¿Qué significa para los trabajadores del textil y otros sectores?
- Seguirán cobrando complementos para llegar al mínimo legal.
- No verán automáticamente actualizado su salario base a 1 184 €.
- La suma total anual, eso sí, no puede bajar del SMI.
- Si los pluses dependen de asistencia o rendimiento, podrían perder poder adquisitivo si faltan por enfermedad.
La ofensiva política continúa
Trabajo ya anunció que intentará blindar los pluses en la futura ley que transponga la directiva europea de salarios mínimos.
Pero juristas y patronal dudan de su viabilidad: requeriría cambiar la Ley del Estatuto de los Trabajadores, y el SMI se fija cada año por Real Decreto, un vehículo insuficiente para tal reforma.
¿Qué puedes hacer si tu convenio se queda corto?
- Revisa la suma anual total (12 nóminas + pagas extra + complementos).
- Si no alcanzas el SMI anual, reclama diferencias salariales (plazo de 1 año).
- Exige en la mesa de convenio una cláusula de garantía que complemente la diferencia automáticamente.
Reflexión final
El Supremo marca límites claros: negociar salarios es competencia de los convenios, y el SMI solo fija un suelo global. Buenas o malas, las reglas están sobre la mesa. La pelea ahora se traslada a la negociación colectiva: subir el salario base sin depender de pluses es cuestión de organización y presión sindical.