Glovo anuncia contrato para 20 000 repartidores desde julio

Se acaba el modelo de falsos autónomos, pero los sindicatos piden vigilancia
Un giro anunciado: el final de los “riders autónomos”
Glovo ha confirmado que a partir del 1 de julio de 2025 convertirá a todos sus repartidores en empleados asalariados, abandonando definitivamente el modelo de falsos autónomos que ha estado en el punto de mira legal desde 2021.
Se ofrecerán unos 20 000 contratos laborales a repartidores actuales y antiguos que antes operaban como autónomos.
Esto no es un cambio superficial: es una oportunidad… con peligro
Aunque la empresa señala que quiere alinear su modelo con la Ley Rider, los sindicatos UGT y CCOO advierten que existen riesgos reales:
- La propuesta de convenio aplicable sigue siendo el de mensajería de 2006, con sueldos mínimos.
- No está claro si se incluirán todas las garantías sociales (por ejemplo, cotización real por horas de espera).
- Se sospecha que se mantendrán flotas externas para eludir responsabilidades.
“Vigilaremos cada paso de este proceso para que no se convierta en otra farsa”, advierten desde los sindicatos.
¿Por qué ahora? Presión legal y económica
La empresa acumula multas millonarias por prácticas anticompetitivas y por emplear falsos autónomos.
Además, la presión judicial y la reforma laboral han empujado a la plataforma a un cambio que parecía inevitable.
El sector no puede sostener por más tiempo modelos que vulneran derechos básicos de los trabajadores.
Repartidores sin contrato: poco a poco, origen del cambio
Aunque Glovo afirma haber enviado ya 4 000 contratos y pretende cerrar con 20 000 antes del verano, la realidad es que solo un 16,6 % de los riders ha aceptado hasta ahora.
El”resto sigue en la modalidad de autónomos o trabajando a través de flotas externas.
Esto revela que muchos seguirán en condiciones precarias si no se vigila el proceso de contratación.
“O se cumplen todas las condiciones o no vamos a conformarnos”
Los sindicatos han dejado claro que no basta con ofrecer un contrato. Exigen:
- Reconocimiento real de la jornada completa, incluyendo tiempo de espera y desplazamiento.
- Aplicación de un convenio moderno, que remunere acorde al coste de la vida.
- Garantías reales en la negociación colectiva y derechos sindicales, sin trabajadores “de segunda”.
“Si no es real, lo impugnaremos”, avisan los representantes sindicales.
Reflexión final
Este anuncio podría ser el punto de inflexión que muchos repartidores llevaban años esperando.
Pero solo será un avance si el cambio va acompañado de contratos dignos, condiciones claras y vigilancia activa.
Sin control, esto puede quedarse en un contrato que oculta otra forma de explotación.
La lucha por un trabajo digno no ha terminado: acaba de empezar.