Hotel ViveMar precintado: clientes por el garaje y trabajadoras sin cobrar

Un precinto que destapa impagos, despidos irregulares y acoso laboral en Benalmádena
¿Por qué ahora y no antes?
La Policía Local precintó el Hotel ViveMar (antiguo VistaMar) al descubrir que operaba sin la licencia turística obligatoria. Aun así, el establecimiento mantiene a casi 200 huéspedes que, desde hace días, entran y salen por el aparcamiento porque la puerta principal está clausurada. La dirección alega “un simple error administrativo” y promete regularizarse esta semana, pero la realidad laboral huele a trampa vieja: impagos de nóminas, despidos “voluntarios” forzados y denuncias por acoso que se acumulan en Inspección de Trabajo.
Esto va más allá de un papel en regla: va de dignidad
Antiguas camareras de piso y recepcionistas relatan meses con sueldos atrasados, turnos de hasta 14 horas y amenazas veladas si protestaban. Sin convenio aplicado ni representación sindical, muchas firmaron bajas voluntarias para no arriesgarse a quedarse sin finiquito. Otras, directamente, denuncian continuas humillaciones y gritos de la gerencia. Trabajar sin cobrar y encima recibir acoso: la peor cara del turismo low-cost.
¿Quién gana realmente con esta situación?
- La empresa: sigue facturando habitaciones (a un 98 % de ocupación) mientras el Ayuntamiento le da 15 días para presentar la licencia.
- Proveedores sin pagar: lavandería, alimentación y mantenimiento llevan meses reclamando facturas.
- Trabajadores fuera de foco: sin sindicato ni inspecciones periódicas, les queda el camino judicial… lento y caro.
Reflexión final
Benalmádena vive del turismo, pero no puede sostenerse a base de exprimir a quien limpia las habitaciones y engañar al que paga la estancia. Precintar una puerta no basta: hace falta una sanción ejemplar y una auditoría laboral inmediata.
Porque sin derechos laborales no hay calidad turística, solo precariedad maquillada de sol y playa.