Huelga en Vestas Palencia: cuando una multinacional juega con el futuro de sus trabajadores

Cuatro días de paros, una plantilla al límite y un convenio bloqueado: la lucha en la industria eólica estalla en Castilla y León
La plantilla de Vestas, la multinacional danesa dedicada a la energía eólica, ha dicho basta.
Tras meses de negociaciones estancadas y propuestas que rozan el insulto, los trabajadores de la planta de Villadangos del Páramo (Palencia) han convocado huelga para los días 27 y 28 de marzo, y 1 y 2 de abril.
¿El motivo? Un convenio colectivo bloqueado, precariedad en aumento y la sensación de estar completamente abandonados por la dirección de Recursos Humanos, que solo sabe poner parches.
La gota que colma el vaso
La situación ya era tensa desde hace tiempo.
Pero la última propuesta salarial, absolutamente insuficiente para el contexto económico actual, ha encendido la mecha.
A eso se suma un modelo de turnos inasumible, la pérdida progresiva de derechos laborales y un desprecio sistemático hacia las reivindicaciones del comité.
Desde los sindicatos CCOO, CIG y CSI, se ha denunciado la falta total de voluntad negociadora por parte de la empresa, que ha llegado incluso a cambiar a su responsable de RRHH en pleno proceso como táctica dilatoria.
Una plantilla harta, pero con dignidad
No hablamos de un conflicto puntual.
Hablamos de personas que llevan años trabajando para una multinacional que factura miles de millones a nivel global, mientras aquí se les niega un salario justo y condiciones dignas.
Uno de los trabajadores, que prefiere no dar su nombre, lo resume así: "Producimos para el futuro de la energía verde, pero nuestro presente es negro. No pedimos lujos, pedimos respeto".
¿Y la dirección? Silencio.
Mientras las jornadas de huelga se acercan, la dirección de Vestas guarda un silencio cómplice.
Ni diálogo real, ni soluciones, ni empatía.
Solo evasivas, reuniones vacías y una estrategia que busca agotar al trabajador, como si fueran piezas intercambiables de una maquinaria.
Desde Palencia, una lección para toda España
Lo que está ocurriendo en Villadangos no es un caso aislado.
Es el reflejo de cómo muchas multinacionales verdes venden sostenibilidad hacia fuera, mientras dentro explotan sin escrúpulos.
Desde Alerta-Trabajo lo decimos claro: sin justicia laboral, no hay transición energética que valga.