Huelga en Volkswagen Navarra: la salud no se negocia
Los trabajadores se plantan. El 28 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, la plantilla de Volkswagen Navarra parará. No por capricho. Por dignidad.
El avance hacia el coche eléctrico, tan aplaudido en ruedas de prensa y planes de innovación, tiene una cara oculta dentro de la planta de Volkswagen Navarra: la de los cuerpos agotados, las posturas forzadas y los riesgos laborales ignorados.
Los sindicatos ELA, LAB y CGT lo han dejado claro: este nuevo modelo de trabajo está rompiendo la salud de la plantilla.
La empresa ha impuesto un sistema de transporte para coches eléctricos y de combustión que multiplica el esfuerzo físico y genera lesiones, sin haber adaptado los puestos con las medidas técnicas necesarias.
El progreso no puede pisotear a quien lo fabrica
El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra ha confirmado lo que los trabajadores ya sabían: las condiciones ergonómicas han empeorado.
Posturas forzadas, cargas repetitivas, tensión constante.
Y lo peor: una empresa que hace oídos sordos.
El departamento de prevención de riesgos de Volkswagen no ha actuado, y los sindicatos lo denuncian: no se ha evaluado correctamente el impacto del nuevo sistema.
El 28 de abril, la fábrica se calla. Pero el mensaje sonará más fuerte que nunca.
No se trata solo de una huelga.
Se trata de decir: "no somos piezas del coche. Somos personas que lo fabrican".
Desde Alerta-Trabajo lo decimos alto y claro: la modernización no puede servir de excusa para precarizar.
Porque ningún coche eléctrico vale más que la columna vertebral de un trabajador.
Porque ningún plan de futuro puede construirse con lesiones en la espalda.
Porque la innovación no puede venir sin prevención.
Si el coche del futuro se fabrica con dolor, no es progreso. Es retroceso.
El 28 de abril, que nadie mire para otro lado.
Porque cuando los cuerpos se rompen en silencio, alguien tiene que alzar la voz.
