Huelgas en Renfe y Adif: el pulso ferroviario que el Gobierno no quiere ver
Mientras algunos sindicatos firman acuerdos, otros denuncian abandono, precariedad y caos en las vías
El conflicto en el sector ferroviario se intensifica por días.
Aunque los grandes titulares hablan de acuerdos entre el Ministerio de Transportes y los sindicatos mayoritarios, la realidad en las vías es otra: CGT, Sindicato Ferroviario Intersindical y Alternativa Ferroviaria mantienen las huelgas. Y lo hacen con fuerza.
Los paros, que afectan especialmente a comunidades como Cataluña y Andalucía, están provocando retrasos, cancelaciones y el hartazgo de miles de usuarios… pero también el grito de cientos de trabajadores que ya no soportan más el abandono.
¿Qué denuncian los sindicatos minoritarios?
- Que los acuerdos firmados son papel mojado para la mayoría de la plantilla.
- Que la temporalidad, los recortes y la sobrecarga siguen siendo norma en el día a día de estaciones, trenes y talleres.
- Que la privatización encubierta del servicio ferroviario avanza sin freno, deteriorando el sistema público.
El silencio que indigna
El Ministerio y los sindicatos mayoritarios celebran avances, pero ignoran las voces de quienes no han sido escuchados en las negociaciones.
Para muchos ferroviarios, se ha firmado la paz sin haber terminado la guerra.
¿A quién representan realmente los acuerdos? ¿Y quién se beneficia de esta fractura sindical?
En redes, el malestar crece. En los andenes, la tensión también.
Los trabajadores en huelga no piden milagros: piden un sistema justo, estable y público.
¿Y los usuarios? Rehenes de una lucha que debería haberse resuelto en los despachos, no a golpe de huelga.
La doble cara del ferrocarril español
Por un lado, los discursos oficiales que hablan de modernización, electrificación y sostenibilidad.
Por otro, la realidad de quienes mantienen las locomotoras en marcha: plantillas recortadas, contratos basura y turnos eternos.
Desde Alerta-Trabajo lo decimos claro: sin los trabajadores no hay tren que avance. Y sin justicia, no hay paz.