Incendio tóxico en Vilanova: el cloro ya no flota, pero el susto persiste

Más de 150.000 personas confinadas, un olor a piscina en el aire y mascarillas de nuevo en las calles. El incendio en una nave de productos químicos de Vilanova i la Geltrú ha dejado una huella que va más allá de los contenedores de residuos tóxicos y los cortes en las carreteras. Ardieron más de 70 toneladas de pastillas de cloro destinadas a piscinas, lo que generó una nube contaminante que obligó a cerrar puertas, ventanas y hasta bares.
Las autoridades aseguran que el riesgo toxicológico ha desaparecido, aunque los residuos siguen siendo monitorizados. Se han trasladado a zonas alejadas de la población, mientras los materiales inaccesibles siguen combustiendo lentamente dentro de una nave colapsada. A pesar del susto inicial, las actividades en Vilanova han vuelto a la normalidad, aunque el ambiente huele todavía a precaución.
Vecinos como Rosa, que bajó a pasear a su perro entre alertas, o Anselmo, que rescató mascarillas del cajón del COVID, resumen la sensación general: no sabíamos si estábamos en 2020 o en una película de catástrofes. Las administraciones aseguran que lo peor ha pasado, pero la confianza tardará más en disiparse que el humo.