La mentira de la inmigración: Dinamarca sube la jubilación a los 70 años
El país nórdico, ejemplo de modelo social, obliga a trabajar más que nunca pese a décadas de inmigración masiva supuestamente destinada a “salvar” el sistema de pensiones
El Parlamento danés ha aprobado la reforma más dura de Europa en materia de pensiones: a partir de 2040, la edad legal de jubilación será de 70 años, la más alta del continente y del mundo desarrollado. La medida, que afectará a todos los nacidos después del 1 de enero de 1970, se suma a una escalada progresiva que ya situará la jubilación en 68 años en 2030 y en 69 en 2035, según el mecanismo automático que vincula la edad de retiro a la esperanza de vida.
La decisión del Gobierno danés llega tras años de justificaciones políticas y mediáticas sobre la necesidad de inmigración masiva para sostener el sistema de pensiones, un argumento repetido hasta la saciedad en toda Europa Occidental. Sin embargo, la realidad es que, pese a décadas de apertura de fronteras y una población cada vez más diversa, la única “solución” que ofrecen los partidos del consenso liberal es trabajar más años y jubilarse más tarde.
El gasto público en pensiones en Dinamarca ronda el 8% del PIB, muy por debajo del 17% que dedica España, y aun así se impone a los ciudadanos una prolongación de la vida laboral sin precedentes. Mientras tanto, sindicatos y trabajadores han salido a la calle para protestar por una medida que consideran injusta y que evidencia el fracaso de las promesas de la clase política y los organismos internacionales.
Enésima jugada de la democracia liberal:
Se prometió que la llegada masiva de inmigrantes garantizaría el relevo generacional y la viabilidad de las pensiones. Hoy, con el sistema tensionado y las cuentas públicas bajo presión, la respuesta es la de siempre: más sacrificios para los trabajadores autóctonos y menos derechos sociales. Una vez más, la realidad desmonta el relato oficial y deja claro quién paga el precio de las políticas globalistas.
En resumen:
Dinamarca, el país que más ha elevado la edad de jubilación, es el espejo en el que se miran los tecnócratas europeos. El mensaje es claro: ahorra, invierte y no dependas de promesas políticas, porque el sistema está diseñado para que siempre pierdas tú.
