Ondarroa rescata a las ‘neskatilak’: tradición pesquera convertida en empleo turístico

Una idea local que rescata memoria, genera empleo y atrae visitantes
Resumen breve:
“Ondarroako neskatilak” pone en valor el oficio de empacadoras tradicionales del puerto de Ondarroa, a través de visitas guiadas teatralizadas que enseñan a clasificar y pesar pescado antes de la subasta. La iniciativa, impulsada por Turismo Bizkaia, crea empleo cultural para guías vinculados a este patrimonio marítimo y aumenta la afluencia turística.
Introducción
¿Sabías que en el puerto de Ondarroa aún sobreviven algunas de las pocas empacadoras de pescado que quedan en España? Estas mujeres, llamadas neskatilak, han trabajado toda la vida clasificando el pescado de la flota antes de la subasta. Ahora, el proyecto de Turismo Bizkaia las ha convertido en el corazón de una nueva experiencia turística: visitas económicas que recuperan su oficio y generan empleo cultural.
Qué es “Ondarroako neskatilak” y cómo surgió
Se estima que en la década de los ochenta trabajaban hasta 200 o 250 neskátílak en Ondarroa; hoy apenas quedan una docena, con una edad media de más de 52 años. El proyecto permite que dos de estas veteranas --como Isaura Piñeiro—sirvan de guía teatral con propios atuendos, explicando en primera persona cómo se pesaba y clasificaba el pescado antes de la subasta. La propuesta profundiza la conexión entre pasado y presente.
Cómo funciona la visita guiada y por qué genera empleo local
El recorrido comienza en el casco viejo con una introducción histórica, continúa en la lonja durante una descarga real de pescado y culmina con una teatralización de venta en la cofradía. El grupo acaba con un pintxo de merluza y txakolí en compañía de las propias neskatilak.
Esto representa una nueva fuente de ingresos para guías locales y refuerza la oferta turística de la villa: turismo de patrimonio vivo, cultural y con impacto social y económico.
Empleo - Turismo cultural - Oficio en riesgo
Este modelo combina empleo e identidad local: recupera un oficio casi extinguido, fomenta canalizar mujeres pescadoras hacia actividades de turismo social y potencia a pequeños guías de la zona como profesionales que aportan autenticidad y experiencia viva.
¿Qué pueden aprender otros municipios costeros o rurales?
- Identifica oficios locales en riesgo (pesca, agroganadería, artesanía).
- Diseña experiencias culturales ligadas al patrimonio y al territorio.
- Forma a los protagonistas originales —o sus herederos—como guías culturales.
- Ofrece productos turísticos que involucren gastronomía, callejero e identidad.
- Promueve turismo regenerativo, inclusivo y con retorno económico directo a la comunidad.
Cita destacada
“Diversificamos nuestra actividad principal, la pesca, pero ante el declive del oficio queremos que el conocimiento perdure” —Isaura Piñeiro, exneskatil
Llamada a la acción
Si eres trabajador/a en municipios costeros o rurales, apunta esta fórmula: un oficio en peligro se convierte en motor turístico y laboral. Si eres guía, personal de turismo u organización local, este modelo es exportable y valioso. Difunde cultura, crea empleo: este es un tipo de turismo que transforma comunidades.
FAQ (Preguntas frecuentes)
¿Cuántas neskátílak quedan trabajando en Ondarroa?
Solo una docena aproximadamente, frente a las 200–250 de los años 80.
¿Puede considerarse este modelo un turismo sostenible?
Sí. Es un turismo regenerativo que revitaliza el patrimonio inmaterial, involucra a personas mayores y da trabajo a guías locales y proveedores.
¿Cómo puede una villa pesquera adaptar esta experiencia?
Identifica tradiciones locales, forma a quienes las vivieron y diseña visitas que combinen historia, teatro y degustación con economía local.
¿Están respaldadas por alguna institución?
Sí: el proyecto es impulsado por la Dirección de Turismo de Bizkaia, consultable en su web oficial Empacadoras, las mujeres del mar.
¿Dónde puedo ver más información o reservar la visita?
Consulta la Oficina de Turismo de Ondarroa o la web oficial de Turismo Bizkaia.
Conclusión
Ondarroa demuestra que un oficio con mar y memoria puede transformarse en un atractivo turístico generador de trabajo y cultura. No es solo nostalgia: es innovación local que da valor al patrimonio humano. Que las neskatilak sean ahora parte activa del turismo significa que su historia no solo se recuerda, sino que se vive y se paga. Este es un ejemplo real de cómo las comunidades pueden reactivarse desde dentro.