Tener trabajo y seguir siendo pobre: cuando el empleo ya no te salva

Una de cada seis familias trabajadoras con hijos no puede salir de la pobreza
La pobreza laboral golpea sin distinguir contratos
El último informe sobre pobreza infantil revela que el 17 % de las familias con hijos, donde al menos uno de los progenitores trabaja, vive en situación de pobreza. Tener empleo ya no garantiza pagar el alquiler, llenar la nevera ni ofrecer una vida digna a los niños.
¿Por qué ahora y no antes?
Nos repiten que la economía va bien: récord de afiliaciones, más empleos… Pero en la calle las cuentas no salen:
- Inflación desbocada.
- Alquileres imposibles.
- Salarios que apenas suben.
- Empleos precarios, parciales o temporales.
La pobreza laboral se ha normalizado y empuja a miles de familias al límite.
No es un caso aislado: es fallo sistémico
- Más del 30 % de las familias monoparentales están en riesgo de pobreza.
- En familias numerosas, la cifra ronda el 35 %.
- Mujeres, jóvenes y migrantes concentran los peores sueldos.
- Contratos parciales involuntarios y dobles empleos para llegar a fin de mes.
Esto se traduce en madres sin dinero para material escolar, padres que renuncian a la calefacción y niños que se quedan sin excursiones.
¿Cómo te afecta en tu día a día?
Si trabajas y aun así no cubres lo básico, no es culpa tuya:
- No normalices horas extras gratuitas.
- No aceptes salarios que no dan para vivir.
- No te resignes al “hay que aguantar”.
La raíz es un sistema que abusa de los trabajadores mientras presume de cifras macroeconómicas.
La calle responde
Sindicatos y plataformas sociales alzan la voz: no basta con empleo; hay que garantizar empleo digno, estable y suficiente. Sin eso, las cifras de crecimiento son puro maquillaje.
Conclusión
Trabajar no debería ser una condena a la pobreza. Mientras millones de personas tengan empleo y sigan siendo pobres, no hay progreso real: solo estadísticas maquilladas.