Trabajadores de AIMEN estallan: nueve años de sueldos congelados y cero respuestas

Hoy ha arrancado la huelga parcial en el centro tecnológico de O Porriño, y lo que está sobre la mesa no es solo dinero: es dignidad.
Este 1 de abril, los trabajadores del Centro Tecnológico AIMEN, uno de los referentes industriales de Galicia y de España, han salido a la calle.
Y no por capricho.
Llevan casi una década con los sueldos congelados, mientras la empresa crece, recibe subvenciones y presume de innovación en congresos europeos.
Pero la innovación, en AIMEN, parece no aplicarse a los derechos laborales.
Desde el laboratorio a la pancarta
Las movilizaciones han comenzado hoy con fuerza.
La jornada ha arrancado en la sede de Cataboi, ha continuado en Torneiros y ha terminado en el Ayuntamiento de O Porriño.
Decenas de trabajadores, con bata o sin ella, han salido a decir alto y claro: “Nueve años son suficientes.”
Y tienen razón.
AIMEN no está en crisis.
De hecho, recibe ayudas públicas millonarias, y sigue expandiéndose en sectores como la automoción, el láser o la robótica.
Pero a la hora de hablar de su gente, la que sostiene cada investigación, cada proyecto, el discurso se diluye.
No hay voluntad de negociar.
No hay actualización salarial.
Solo excusas.
Humanos, no autómatas
Quienes trabajan en AIMEN no son robots de laboratorio.
Son profesionales cualificados que, como todos, tienen que pagar alquiler, llenar la nevera y sostener a sus familias.
¿Cómo se explica que, en plena era de la digitalización, la dirección no haya sido capaz de ajustar los salarios al IPC en casi una década?
Una lucha por algo más que euros
Esta huelga no va solo de dinero.
Va de reconocimiento.
De respeto.
De que el progreso no puede construirse sobre la congelación salarial permanente de quienes lo hacen posible.