Tragedia en prisión catalana: ¿proteger o parchear el sistema?

martes, 25 de marzo de 2025

Una tragedia que sacude a toda la plantilla penitenciaria: entre el miedo, el hartazgo y la sensación de abandono


La muerte de una trabajadora de cocina en la prisión de Mas d’Enric, a manos de un preso con historial violento, ha encendido todas las alarmas en las cárceles catalanas.

Una tragedia que no solo ha acabado con una vida, sino que ha puesto en evidencia un sistema penitenciario colapsado, desbordado y sin medios reales para proteger a su personal.

La Generalitat ha reaccionado con una batería de medidas de urgencia, pero desde Alerta-Trabajo nos preguntamos: ¿llegan tarde? ¿Se quedarán en promesas? ¿Quién responde por los trabajadores que viven a diario rodeados de amenazas, sin apenas apoyo ni recursos?


Las nuevas medidas: ¿prevención o reacción?


Las autoridades catalanas han anunciado que los presos condenados por delitos de sangre dejarán de realizar tareas en espacios comunes como cocinas.

Se limitará el contacto de estos reclusos con el resto del personal y se reforzará la vigilancia en zonas sensibles.

También se ha prometido una revisión urgente de los protocolos de clasificación penitenciaria y un refuerzo psicológico para el personal.

Pero el clima entre los funcionarios es de desconfianza: "Todo esto llega cuando ya es demasiado tarde. Nos sentimos solos desde hace años."


Una plantilla exhausta, con miedo y sin medios


Quienes trabajan en las prisiones catalanas llevan tiempo denunciando la falta de efectivos, el aumento de la peligrosidad de los internos y la presión constante de una administración que prioriza la reinserción en los papeles, pero olvida la seguridad de quienes sostienen el sistema desde dentro.

Tras la tragedia de Mas d’Enric, el miedo se ha hecho rutina.

Y no hablamos de miedo a perder autoridad, hablamos de miedo a perder la vida en el puesto de trabajo.


¿Cuántas muertes más tienen que ocurrir para que se actúe con contundencia?


Los trabajadores penitenciarios no quieren homenajes ni condolencias públicas vacías.

Quieren protección real, refuerzos, respeto y condiciones dignas.

Porque si no se toman medidas estructurales, volverá a ocurrir. Y volverá a ser tarde.


Conclusión: sin seguridad no hay reinserción posible


Desde Alerta-Trabajo lo denunciamos sin tapujos: un modelo penitenciario que expone a muerte a su personal no es un modelo, es un fracaso institucional.

Si no se pone en el centro la seguridad y la dignidad de los trabajadores, ninguna reinserción será creíble.

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