Transporte terrestre: el sector más mortal de España que nadie quiere mirar

138 muertes en un año. Jornadas infinitas. Sueldos bajos. Y un silencio que huele a abandono. Mientras los políticos se felicitan por los datos macroeconómicos, en las cabinas de camiones, autobuses y furgonetas se libra una batalla diaria por sobrevivir.
En 2024, el transporte terrestre registró 138 muertes laborales, el récord nacional —por encima incluso de la construcción— y, aun así, la precariedad se ha normalizado.
Mueren trabajando, pero nadie habla de ellos
La edad media de los conductores profesionales supera los 51 años y no hay relevo generacional. ¿Quién asume un trabajo mal pagado, sin horarios, sin descanso y con riesgo constante de accidente?
Los sindicatos denuncian la vulneración de los tiempos de descanso: se conduce enfermo, sin dormir y bajo presión de entregas imposibles. Y nadie quiere hablar de eso.
Explotación sobre ruedas
Muchos transportistas son falsos autónomos: pagan gasoil, averías e impuestos, y aun así apenas rozan los mil euros netos.
Mientras las empresas logísticas reparten dividendos, quienes hacen posible el negocio se juegan la vida cada día en la carretera.
Conclusión: el volante que nadie quiere coger
Desde Alerta‑Trabajo lo gritamos: esto no es un accidente, es un modelo laboral diseñado para quemar trabajadores.
Cada muerte en carretera por agotamiento, estrés o negligencia empresarial es responsabilidad compartida de todos los que miran hacia otro lado.