Trump amenaza con aranceles… y Wall Street entra en pánico: ¿de verdad esto va del obrero americano?
El expresidente dice que protegerá el empleo, pero los grandes inversores tiemblan. Si Trump levanta muros comerciales, ¿quién termina pagando el precio?
Donald Trump ha vuelto a levantar la bandera del proteccionismo. Anuncia aranceles del 10%, del 60%, lo que haga falta para “defender al trabajador americano”. Pero mientras él habla de empleo, las bolsas caen y los grandes empresarios le suplican que frene. ¿Por qué?
Porque el dinero odia el ruido
Cada vez que Trump amenaza con una guerra comercial, Wall Street se hunde.
Las empresas no saben si podrán importar piezas, si venderán en el extranjero, si subirán sus precios o perderán clientes.
Y cuando hay incertidumbre, los inversores salen corriendo. ¿Quién pierde primero?
El pequeño accionista.
El fondo de pensiones.
El empleo en riesgo.
Porque muchas empresas americanas dependen del exterior
Trump habla de “traer de vuelta la industria”.
Pero muchas empresas de EE. UU. ensamblan allí, pero compran aquí. Tecnología europea.
Componentes asiáticos.
Materias primas globales.
Subir aranceles no solo castiga a China o Europa: castiga también a las propias empresas americanas. Y eso genera… despidos.
¿Y en Europa? Pagamos el precio, como siempre
Las empresas exportadoras españolas —de automoción, agroalimentación, tecnología— verán cómo sus productos se encarecen en EE. UU.
¿El resultado? Se venden menos.
Se reduce producción.
Se ajustan plantillas.
El proteccionismo de Trump puede provocar un efecto dominó: bolsas cayendo, empresas cerrando y trabajadores sin empleo.
Conclusión: esto no va solo de fábricas, va de poder
Trump sabe lo que hace.
Sabe que sus amenazas arancelarias le dan titulares, votos y aplausos de parte de la clase obrera desencantada.
Pero también sabe que, si el dinero se pone nervioso, alguien le recordará quién manda de verdad.
Cuando los poderosos discuten entre ellos,los que terminan pagando el desastre… son los de siempre.
